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Ejercicios de memoria: Mariela Yeregui

Mariela Yeregui. Anamnesis (2006)

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Un montículo luminoso de telas blancas en el piso. Un objeto que brilla y destella. La obra puede ser sólo este objeto. Un objeto para ver. La obra puede ser también una dinámica que genere un mecanismo de anamnesis. Pero para recordar es necesario accionar. El espectador puede decidir ver a la distancia, o, por el contrario, involucrarse: develar y desenterrar. Para ello, el movimiento suave y lento de su mano irá descubriendo escrituras. La mano del espectador es casi una lupa que ilumina y devela lo oculto.

El término “anamnesis” remite a la tradición aristotélica y refiere al proceso de recuerdo o reminiscencia: a través de la información que los sentidos suministran al cuerpo acerca de la realidad física –imperfecta imitación del universo de las ideas-, el alma revive estas ideas. “[…] todo conocimiento es anamnesis y todo verdadero aprendizaje es un esfuerzo por recordar lo que se olvidó” (Rossana Cassigoli, «La memoria y sus relatos», Fractal n°13, abril-junio, 1999, año 3, volumen IV, pp. 139-176.)

Marcas no cicatrizadas de la historia se someten a intentos metódicos de borradura por parte de los que ejercen la represión o la convalidan. Borrar es tapar, es amnistiar y amnistiar es olvidar, es ejercer una amputación a un pasado común y una minusvalía al presente y al futuro.

En estos bloques de discontinuidades y de amnesias, los textos enhebran relatos, concatenan sentidos. Continuidad lineal de la palabra escrita que permite articular bloques de conciencia, definiciones de identidad.

Los textos han sido objetos emblemáticos para ejercer borraduras y ocultamiento. Vedar el texto era una acción indispensable para garantizar el acto amnésico. Como contrapartida y resistencia, los textos debían ser resguardados, salvaguardados para reconstruir el cuerpo amputado de la memoria colectiva. Los textos eran enterrados para que, en algún momento, el desentierro permitiera construir una continuidad en el cuerpo social.

En 1976, mi padre hizo un gran paquete con libros y discos (Frantz Fannon, Marx, Paulo Freire, Daniel Viglietti, Bakunin y otros). Los envolvió con papel madera. En la casa de los bisabuelos maternos vivían mis dos tías abuelas: tía María y tía Carmen. Había un fondo con un limonero, un naranjo (que nos proveía de municiones para las guerras descarnadas que manteníamos entre los primos los días domingos), muchas plantas, un rosal inmenso, un gallinero y la higuera que plantó el bisabuelo cuando llegó de España. Yo tenía 10 años y recuerdo ir con papá en el Chevy azul, con el paquete grande de libros, a la casa de los bisabuelos. Tía María nos esperaba con el vermout. Mi papá le dio el paquete y tía María dijo que iba a hacer un pozo en el fondo.

Anamnesis pone en escena la cuestión del desentierro. Un objeto informe –un reservorio sutil y evanescente que remite a la memoria- alberga textos. La acción del espectador devela y descubre restos de textos. La acción de éste des-entraña, des-cubre fragmentos. Sólo un accionar suave permitirá que los textos emerjan linealmente, se concatenen y construyan sentido. Sólo la acción provoca la reminiscencia, la emergencia de las ideas.

Mariela Yeregui

Descripción de la obra

Un montículo de telas de aproximadamente 1 metro de diámetro. En el interior, mangueras de luz azulada que tiñen levemente a las telas.
Una cámara de vigilancia y un proyector ubicados en el techo de manera que capte o proyecte cenitalmente sobre el montículo.
La cámara capta los movimientos de la mano de los espectadores sobre el montículo y envía información a una PC. La computadora contiene un software que permite mapear el campo visual de la cámara y asignar zonas sensibles al mismo (computer vision). El proyector envía la imagen que se proyecta en el montículo (textos), de acuerdo a cómo el software procesa la información del input del espectador.

Sobre Mariela Yeregui

Nace en Avellaneda, Buenos Aires, Argentina, en 1966.
Licenciada en Artes de la Universidad de Buenos Aires y graduada en Realización Cinematográfica en la escuela del Instituto Nacional de Cinematografía.
Trabajó en instalaciones interactivas y video instalaciones. Recibió el Tercer (2001) y Primer Premio (2005) del Salón Nacional de Artes Visuales y el Primer Premio en el Concurso Beep Art de Artes Tecnológicas de Barcelona (2003) por su obra «Principio de Incertidumbre”.
En 2004 recibió el Premio Limbo “Proyecto Multidisciplinario Experimental” (Museo de Arte Moderno y Fundación Telefónica) para el desarrollo de su instalación robótica “Proxemia”, exhibida en el Espacio Fundación Telefónica.
Ha sido artista en residencia en el Hypermedia Studio, UCLA (Los Angles, USA), Banff Center for the Arts (Canadá), MECAD (Barcelona, España) y Stiftung Künstlerdorf Scöppingen (Alemania).

Artistas participantes

Alejandro Schianchi / Carlos Trilnick / Claudia Aravena / Edgar Endress / Eduardo Molinari y Nicolás Varchausky / Graciela Taquini / Guillermo Cifuentes / Gustavo Galuppo / Iván Marino / Julieta Hanono / Leandro Nuñez / Mariela Yeregui / Raúl Minsburg / Ricardo Dal Farra / Ricardo Pons